(Un ambiente preparado se refiere en la metodología Montessori, un ambiente preparado para los niños)
Hoy he quedado confundido, cuando me despedí de mis papás sentí ansiedad al pensar que ¡no los volvería a ver nunca más! Mi cerebro todavía no procesa la ¨permanencia de los objetos¨ esa capacidad de saber que algo sigue existiendo aún cuando no lo veo, por eso es que me río tanto cuando jugamos ¡peek a boo! Me sorprendo cada vez que veo a mi mamá.
Lloré tan duro como pude para que asegurarme que mis papás no me dejaran en este lugar desconocido. No me funcionó.
Fue entonces cuando ingrese al cuarto blanco. Digo blanco porque había luz. No se si la luz era real, o era yo el que estaba brillando.
Brillé porque ¡todo era para mí! ¡Todo me interesaba! ¡Todo era de mi tamaño! ¡Todo me cabía en mi pequeña mano!
No podía contenerme, ¡quería tocarlo todo! ¡Y podía!
Escogí un trabajito, mis papás me dijeron que ellos estarían trabajando, ahora entiendo. Yo también trabajo y se siente bien.
Una adulta muy silenciosa me vio interesado en un trabajito y lo mostró para mi en silencio, para que yo pudiera absorber sus movimientos, no sus palabras. Parecía como si ella me entendiera y conociera cómo me funciona el cerebro.
¡Y llegó mi turno! El material era para mi, ¡lo intenté! No pude. ¡Lo volví a intentar! Lo intenté 5 veces más. ¡Aquí no hay prisa, puedo intentarlo todas las veces que necesite!
Por unos minutos, se desapareció todo a mi alrededor y me pude concentrar en mi trabajo, ¡yo quería lograrlo!
Hasta que la adulta nos invitó a compartir una merienda juntos, devolví el material de mi trabajo en su lugar, me senté junto a los otros niños. No me amarraron a una silla, yo pude sentarme por mi cuenta y me podía levantar si quería, pero no quería, porque estaba comiendo con mis compañeros.
De repente suspiré, comiendo en silencio pensando que me sentía ¡en mi lugar! Como si yo perteneciera a este lugar donde la silla es de mi tamaño, la mesa me llega a mi cintura, la cuchara me cabe en la mano, el vasito se parece al de los adultos, la comida está a mi alcance, en este lugar ¡puedo ser yo!
¡Aquí ser yo, se siente bien! ¡Aquí yo soy el experto! ¡Aquí soy el maestro! ¡Mi propio maestro! ¡Aquí pareciera que todo tiene sentido!
¿Qué trabajito haré mañana? Me emociona regresar.
- Foto: Lina en Filii Montessori
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Esta genial el articulo. Reciba un cordial saludo.