Querido Nicolino,

Es muy probable que para el momento que leas esta carta, ya hayas olvidado ¡quién fuiste los primeros 6 años de tu vida! ¡Y hoy te los quiero recordar!

Porque esos 6 años, son la arena que construye el edificio de tu vida.

Todo lo que vas a leer a continuación se llama ¨discurso materno¨, eso significa que es la historia que yo me conté de tu vida, que está filtrada no por tu esencia, sino por mi propia infancia.

Pero desconozco totalmente la historia que tu te construiste durante estos seis años, así que te la voy a contar para luego puedas usar otra perspectiva con la cual filtrar tu existencia.

Durante los 3 primeros meses de tu vida, ¡no lloraste! Disfrutaste tu bubbie, dormías plácidamente. Tu desmitificaste que ¡los recién nacidos joden mucho! Tu eras paz.

A los 3m te escuché llorar por primera vez, así un llanto fuerte.

A los 8meses regresó a tu vida tu primo amado Mathías, con el compartiste 7meses durante el embarazo, y 7 meses más cuando ya habías nacido. ¡Lo amabas! También te asustabas cuando el expresaba sus emociones. ¡Siempre te aclaré que tu estabas seguro!

Caminaste a los 11 meses, y desde entonces corres más de lo que caminas.

Antes de los 2 años ya estabas sobre una bici y te dimos permiso de ir un ambiente montessori 1 día a la semana. Antes de eso, estábamos juntos en casa investigando temas que te interesaran.

Durante este tiempo ¡no hablabas! Hablaste a los 3años. Antes de eso te era difícil expresar tus emociones.

Ahora lo que más disfruto es poder tener conversaciones contigo.

¡Tu energía es impresionante! ¡Es fuego! ese fuego lo veo en tus ojos, y reta a todo quien te quiera imponer ¨calma y serenidad¨.

Tu calma y serenidad sólo la conocemos, quienes realmente te conocemos. Cuando comes una naranja, cuando te sientas a mi lado en la grada de la puerta.

Tienes la capacidad de leer a las personas e identificar su energía. Al principio creías que esa energía era la tuya, pero ahora sabes reconocer cuándo es tu energía y cuando es la energía de los demás.

Tienes un lazo estrecho con tus 4 abuelos, les entregas y recibes de ellos energías distintas e irremplazables.

A tus 4 años, nació tu hermana Lina. La viste ¡bajar del cielo! Y me contaste que estaba embarazada. A los 4 años ingresaste a una escuela formal ¡y a la amaste!

En los dos últimos años has dominado tu bici, las bolas, las piscinas y hasta el kartismo. ¿Ya me entiendes cuando te digo que eres ENERGIA?

Hablas a menudo de tu vida en otros planetas, de la vida después de la muerte y de Jesús.

Sabes que el universo puso en las plantas y las flores medicina. Te pones tu mano sanadora en tus heridas. No recuerdo cuando fue la última vez que tomaste un antibiótico, ¡porque eres tu propia medicina!

Tienes una relación IMPRESIONANTE con tu papá, yo he generado ese espacio y tu papá lo ha cultivado.

Conmigo, somos anclas. Yo te anclo, tu me anclas.

Pero hoy a tus 6 años quiero que recuerdes que:

  • No eres la luz de mis ojos, eres tu propia luz.
  • No eres mi regalo, eres tu propio regalo.
  • Yo no te necesitaba para crecer, pero lo has permitido.
  • Yo no te necesito, ¡pero me alegra tanto que estés aquí!
  • Tu no eres mi prioridad, yo soy mi prioridad.
  • No te he amado incondicionalmente, (y creo que eso no existe) pero lo he intentado:
    • Me caes mejor cuando estas quieto, pero me inspira tu aventura.
    • Me caes mejor cuando compartimos el silencio, pero tus conversaciones me iluminan.
    • Me caes mejor cuando sigues mi instrucción, pero cuando me retas me das confianza que estarás seguro en el mundo.

¿Ves? ¿Ves cómo lo que pienso de ti tiene que ver más conmigo que contigo?

Tu tampoco me has amado incondicionalmente, te gusto más cuando hago lo que tu quieres. Y está bien, pero soy tu mamá y aveces no he hecho lo que quieres, y aveces tampoco he sido amable. Pero siempre he sido yo.

Tu no eres mi hijo que brinca en los sillones, eres mi hijo energía.

Tu no eres mi hijo que mordía cuando tenía 3 años, eres el hijo que me retó a mostrar mi enojo.

Tu no eres mi hijo místico, eres el hijo que conecta con su divinidad tanto como un IPAD.

¡Y te quiero tanto por eso! Por ser lo que eres, no lo que yo quería que fueras.

Porque el hijo que yo quería que fueras, ¡era tan aburrido! Como el cumpleaños que dijiste tener hoy a tus 6 años ¡qué cumpleaños tan aburrido!

Luego cuando te di el poder de cambiar tu realidad, me dijiste ¡vamos a mojarnos bajo la lluvia!

Y supe, supe que habías elaborado un ego, tanto como un camino a tu interioridad.

Te quiero mi pequeñín.

Mamá preciosa y amorosa.