Puede ser hace 10 años, que fui donde una sicóloga por primera vez. Me senté y le dije: ¡vengo a liberar a mi hijos! En realidad, iba a sanarme a mí.

Pasaron 5 años, de ese momento, hasta cuando conocí a mi hijo mayor. Ha sido un proceso. Hoy, honro el proceso, honro mis maestros.

En la metodología montessori, el proceso es oro, una guía montessori cuida y provoca procesos. Confía en que dará resultados, pero no sin antes un proceso interno de maduración.

Un niño de 2 años podría memorizar números, letras y colores. ¡Los adultos aplauden! Pero reconocer realmente cantidades, procesar que esos sonidos se transforman en lectura y que esos colores son energía, toma un proceso más abstracto, más intangible, y curiosamente, es lo prioritario. ¨Lo esencial es invisible a los ojos¨.

Por eso es que hay una tendencia, los niños aprenden a contar a más temprana edad, pero odian la matemática en el colegio. Es por eso que cada vez es más frecuente, aprenden a leer y escribir antes de los 5 años, pero no comprenden lecturas y no escriben novelas. Es por eso que aprenden a colorear, a no salirse de la línea, pero les cuesta pintar de forma libre, ¿cómo dibujo un árbol?

Los niños cada vez saben más, pero se conocen menos.

Nos interesa que deje de llorar hoy, que se duerma ya, que coma hoy, que hagan caso hoy, que deje de hacer berrinche ya, que este sano hoy, ya ni fiebre los dejamos sentir. Y así, lentamente les quitamos procesos de aprendizaje que son invisibles, pero que los tejen por dentro.

Hice la introducción desde la perspectiva montessori, porque es más fácil verlo en otros que en nosotros. Pero lo mismo nos pasa a nosotros. Queremos ser sabias hoy, queremos que no nos duela mas ya, queremos estar saludables hoy, queremos ver frutos ya. Pero ¿qué hemos sembrado, cuánto hemos regado, cuánto hemos abonado? Honremos el proceso.

Yo creo que la envidia nace cuando se ven sólo los resultados, y no los procesos. Nadie envidia los procesos. Nadie quiere sembrar y regar el árbol. Pero todos quieren nuestros resultados, las mangas maduras.

Cada vez que nos olvidemos o nos brinquemos el proceso, o bien agarremos un atajo. Como en un juego de mesa, la vida nos va a poner de vuelta en el inicio. ¡Quien olvida, repite!

Les cuento de mis procesos, de mis maestros. ¡Para que no se me olviden!

MAMAS. Maestra de maestras.

Lección: Busca tu valor adentro.

Ese proceso empezó desde mi infancia, viví pensando que mi mamá quería más a mi hermano mayor. Todavía lo pienso…jajajajaj… pero hoy no duele igual, ya no lloro, hoy entiendo que no es más amor, sino un amor distinto. Vínculos distintos.

Hoy sé que si eso no hubiera sido así, posiblemente no tendría la relación que tengo hoy con Dios. Cada vez que sentía que no era la más amada, la contenida… mi consuelo era saber que para Dios yo si soy única e irrepetible. Mi fe se la debo a mi madre, por sus aciertos y desacierto.

NOVIOS. Maestros inolvidables.

Lección: Nadie es indispensable, pero si somos irremplazables.

Años después en mi adolescencia, terminé con mi novio, pero ESE novio. Se me acabó el aire. La comida no me alimentaba.

A mis 18 años aprendí que nada debe ocupar el lugar de una deidad, en mi corazón. Nada. Ni una pareja, ni un trabajo, ni un perro, ni un deporte, ni mis papás, ni un hijo. Nadie es indispensable, eso no significa que no sean irremplazables.

AMIGAS. Maestras constantes.

Lección: Personas en tu vida llegarán y se irán. Las relaciones se cuidan diariamente, porque hoy estamos juntos.

Antitos de casarme, me separé de una amiga de la vida. Eso me quebró el corazón. Porque no sabía que eso era posible. Esa separación me enseñó que puedo elegir separarme de una amiga, así como debo cuidar las relaciones de las personas que quiero cerca.

LA MUERTE. Maestra sorpresa.

Lección: Nunca deja de doler, pero te amigas con el dolor.

Una amiga, perdió a su esposo, creo que al año de casada. Ahí volví a nacer. Primero porque no sabía que la gente joven, recién casada, y enamorada, podía morirse. Mucho menos sabía que el dolor de una amiga, me podía doler en mi propia piel. Todo mi ser se derrumbo, todo. Era necesario.

Después de eso vivo más, vivo mejor. Aprendí a despedirme en amor, todas las veces que fuera necesario. Aprendí que tan digno es nacer, como morir.

Esto fue como tener fiebre, sin medicarse, te hierve todo, y amaneces más saludable que nunca.

Esto me preparó para vivir un aborto un año después. Justo empezamos a intentar tener hijos, ¡y estábamos embarazados! ¡Eso fue fiesta! 8 semanas después. ¡Fue duelo! Como la vida misma.

Aprendí a dejar ir, aprendí lo frecuente que es, y que todo mundo lo viva, no lo hace menos doloroso, aprendí que la vida es un milagro, no un plan en mi agenda.

DAR. El maestro más sabio.

Lección: Sólo dando se recibe.

Tanto sabia Jesús, cuando insistía en que DIERAMOS. Después de mis duelos. Nos quedó claro, que quienes están vivos es porque realmente tienen que estarlo. Mi esposo y yo, inmediatamente pensamos en los niños huérfanos. Que ni las violaciones, ni las drogas, ni el abandono o la pobreza les quito la vida, tal vez sólo les apagó el alma.

Nos convertimos en Familia de Acogimiento.

El primer niño que recibimos, vino para quedarse en nuestras vidas. Luego les cuento más. Hoy está con su familia para siempre (adoptiva), pero es mi sobrino literal. Sus luchas, sus sombras, sus brillos, su historia, todavía, ¡todavía!, todos los días suena en mi cabeza, como un maestro insistente.

Después hemos recibido 2 niños más. La última, una niña de 6meses, vino a sanar un poco más a mi niña interna. Fue como un incienso para limpiar la energía de mi casa, para abrir camino a Lina.

La gente siempre dice ¨ay son unos ángeles, ay tienen el cielo ganado¨. No, no es cierto. Pero si es cierto que nunca nuestra vida ha tenido tanto sentido como en esas temporadas. También nos dicen ¨yo no podría, yo me lo dejaría, yo me encariñaría, no podría soltarlo¨

Justo esa es la lección, amar tanto, entregar tanto, sostener tanto, que puedas dejar ir sin egoísmos. Porque dar es dar, y sólo cuando das, recibes.

SUEGRA. Maestra samurai.

Lección: Puedes no agradarle a la gente. Esta bien. Busca la aprobación dentro tuyo.

¿cómo mi suegra podría no quererme?. Eso no era parte de mi guión. Años de lágrimas, años de tratar que de alguna forma me quisiera.

Pero si me quería, sólo que no como yo conocía el amor. Años después, terapias después, me di permiso de no agradarle. ¡y adivinen! ¡Ahora nos amamos! Con amor puro e incondicional.

CLIENTES. Terapeutas que nos pagan por la sesión.

Lección: Podemos estar de acuerdo, en estar en desacuerdo.

 

¿Sabían que soy wedding planner y diseñadora grafica? Planear bodas y diseñar imagen corporativa para emprendedores ha sido terapéutico. Sin cada una de esas parejas, más de 100. Sin cada uno de esos clientes, ya perdí la cuenta, no podría ejercitar el respeto, la empatía, la paciencia, la misericordia… jajajajaja…., incluso hasta los límites.

¿Tener la razón? ¿Qué significa eso? ¿Para qué me sirve?

LOS MÁS RECONOCIDOS:
  • Las enfermedades
  • Deportes
  • La pareja
  • Los hijos
  • La comida
  • Maestros maestros
  • Ancestros

Estos se merecen posts individuales. ¡Muy pronto!

Entonces, ¿te has tomado el tiempo de honrar y recordar tu proceso? ¿o estas terminando donde empezaste? El hecho de hacer la pausa para mirar dentro y saber quienes nos trajeron por no decir empujaron hasta donde estamos hoy, es intimidad pura con nuestra maestra interna.

Escuché que la vibración del agradecimiento es más alta que la del amor. ¿Pueden creerlo? Es fácil amar lo que nos gusta, el destino final. Pero agradecer el proceso y los maestros es una labor de completa de humildad e introspección.

Recuerden, conocernos es amarnos. Honremos el proceso. Les tengo dos regalos, wallpapers ¡Descárgalos! Y me cuentas cuál es tu favorito.