Soy coleccionista de terapias, tratamientos, herramientas y procesos. Encuentro belleza y a Dios ¡en múltiples maestras, terapias y herramientas! De verdad que cada cita a la que he asistido, cada terapeuta que he honrado, ¡ha traído bienestar a mi vida! Por una hora, por un mes, o hasta se han convertido en ¡amigas!

Les he contado que estoy en PRECUARENTENA, es un término que me inventé para ilustrarles, el proceso previo a ¡conocer a Clara! Creo que la maternidad se trata más de mi, que de Clara en sí. Es por eso que invierto tanto tiempo en mi, en mi cuerpo físico y energético, ¡para que conocer a Clara traiga bienestar por añadidura!

Pues en esta PRECUARENTENA sigo bailando hip-hop, sigo haciendo yoga, sigo haciendo pilates. Pero también busco nutrir el alma, como con el PANCHAKARMA (tratamiento ayurvédico), comida sabrosa y nutritiva, ceremonia, siestas, helados, naranjas, caminatas. ¡Y conocí el WATSU!

En WAWA me tenían la invitación hace meses, ¡Vení para que conozcas el WATSU! ¡Debí haber aceptado hace meses! Pero ha sido el momento justo.

El WATSU es SHIATSU en el agua. Relajación profunda. Eso es lo que consigue en el sistema nervioso parasimpático la combinación del shiatsu con el agua. El shiatsu es una antigua terapia, originaria de Japón y descendiente de la tradición China,  que basa sus beneficios en conseguir la correcta canalización de la energía vital (Chi).

Y entonces ¡fui! Entre al agua a una temperatura que me invitaba a dormir, Mari, la terapeuta, me invitó a:

  • Respirar
  • Intencionar
  • Soltar

¡Y empezamos! Mi intención fue ALLOW, ¡permitir! Permitirme vivir esta PRECUARENTENA, permitirme vivir el cambio, permitirme abrirme a lo inesperado. ¡Y me fui a la dimensión del NON-DOING! ¿La conocen?

En este post les hablé un poco de eso, de DEJARSE. De FLOTAR.

Pero ayer lo experimenté en otro nivel, de repente el agua se sentía como líquido amniótico de mi propia madre, de repente Mari se sentía como el universo mismo que me mueve de un lado al otro, me gira, me da vueltas, ¡y si yo me dejo, SIN HACER NADA, permitiéndolo, encuentro la paz que a veces el HACER falsamente me promete.

Les podría dar la lista de beneficios del WATSU, pero para eso está San Google, yo les voy a contar lo que sentí, que Google no te cuenta:

  • Agendar una pausa, si literal, agendarla a las 10:30am
  • Cerra los ojos, ¿o ustedes besan con los ojos abiertos? Cuando cerramos los ojos, inmediatamente ¡vamos hacia dentro! A ver con los ojos del alma.
  • Permitir que una ¨desconocida¨ te guíe. La desconocida podría ser la terapeuta, pero ¡ella ilustra la vida misma!
  • Separarse del cuerpo, sí, estamos acostumbradas a que ¡tenemos que hacer algo para que algo pase! Aquí, entre menos haces, más pasa.

Les he hablado de mi PRECUARENTENA como un proceso, de ir hacia dentro. Pero esto no tiene que ver con mi embarazo, sino con la forma en que yo me permito vivir mis procesos. Pensamos que la vida es lo que nos pasa, o lo que sentimos después de eso que nos pasó. ¡Y la vida es todo lo que pasó mientras tanto!

Por ejemplo; mi embarazo no es el parto, ni Clara. Mi embarazo es cada día, cada semana, cada respiración, cada bocado, cada roce de mi panza con la mesa.

ó

Por ejemplo: la compra de la casa no es ¡una casa terminada! Es el ahorro, el susto, las conversaciones con los trabajadores, las idas a EPA, los boards de Pinterest.

¡Justo cuando crees que no está pasando nada! ¡Te está pasando la vida! ¡Y en buena hora que en esa vida incluyas unas sesiones de WATSU, citas:

  • 250 mts sur de Ceviche del Rey, Santa Ana
  • info@wawapre-natacion.com
  • Teléfono: 2282-3303 / 7118 6224
  • Lun – Vier: 7:30 am – 5:30 pm